Cuenta la leyenda que Chuck Norris dejó de hacer escenas de acción cuando se enfrentó a alguien de géminis… Este espectáculo no viene a ayudarnos a reflexionar, no pretende dejarnos una enseñanza, mucho menos propone una advertencia. Este espectáculo es como el cartel de los cuatro primeros asientos reservados del bondi en hora pico, es decir, viene a pasar desapercibido… Salvo para esa persona que posa su mirada en él y piensa: «que mal estamos». Humor astrológico, autobiográfico y monotributista.